Se la considera como madre del universo, la primera descendiente de los tiempos, soberana del cielo, el mar y todas las cosas de la tierra; y era la Madre Suprema a la que todo el mundo antiguo adoraba bajo nombres distintos. Como Reina de los Cielos, como la compasiva y omnipotente señora de ambos mundos, tuvo una gran multitud de devotos y fieles sinceros. Se la consideraba como la gran Madre benefactora cuya influencia y amor impregnaban el cielo, la tierra y la morada de los muertos; y que era la personificación de ese gran poder pasivo y reproductor que concebía sin mácula y que producía todas las cosas y criaturas vivas.
Ella protege, cuida y alimenta todo lo que crea. Empleaba su vida en utilizar sus poderes sabiamente y con éxito, no sólo creando cosas nuevas sino también restaurando las muertas.
Además de todo esto, era el tipo más elevado de esposa y madre fiel y amorosa. Por esto es por lo que más la honraban y adoraban los egipcios. Según una leyenda, ahora familiar, Osiris, su esposo, fue asesinado por su astuto hermano Typhon o Set (símbolo del aspecto destructor de la Naturaleza) y su cuerpo introducido en una caja y arrojado al Nilo, llegó al mar. Isis, después de una larga búsqueda, lo encontró y lo escondió en lo que ella consideraba un lugar seguro. Sin embargo, Typhon lo encontró y, maliciosamente, cortó el cadáver en trozos. Los incidentes de su búsqueda del cuerpo mutilado y de la concepción y nacimiento de su hijo Horus impresionaban fuertemente la imaginación de los egipcios. Especialmente cuando la leyenda narra que acudió en busca de ayuda a Thoth, el Dios de la Sabiduría y de la Magia. Y él, con su consumada habilidad en las Artes Teúrgicas, le comunicó los procesos y poderosas palabras que le devolvieron temporalmente la vida a Osiris y le permitieron engendrar en ella al dios-niño Horus.
Además de lo anterior, existe una oscura leyenda relacionada con la ayuda que Isis, paradójicamente, le prestó a Typhon en la batalla que libró contra Horus. Éste, iracundo por la aparente traición de su madre, la mató y decapitó. Sin embargo, inmediatamente después, Thoth transformó su cabeza en la de una vaca y la unió al cuerpo de su madre. De esta manera, la leyenda nos indica la relación entre Isis, la Madre, y la diosa vaca, Hathor; muchos de los atributos de esta última coinciden significativamente con los de Isis. El Árbol de la Vida, que bosqueja en forma de diagrama el proceso de evolución, debería añadir algo para ayudar en la comprensión de la idea que yace bajo esta leyenda, lo mismo que la leyenda griega sobre Kronos, que también es un atributo de Binah. En
esa leyenda se describe cómo Kronos le arrebató a su padre, Urano, el gobierno del mundo y que a él, a su vez, se lo arrebató Zeus, su propio hijo. Blavatsky nos proporciona una explicación muy sugerente de esta parábola en su obra La Doctrina Secreta. Más o menos, implica que Kronos representa la
Duración sin fin, sin principio ni fin, más allá del Tiempo y el Espacio divididos. Estos Dioses que nacieron para actuar en el espacio y en el tiempo, es decir, para abrirse camino en el círculo del reino espiritual y llegar al plano terrestre, se dice alegóricamente que se rebelaron contra Kronos y combatieron contra el entonces único Dios y el más elevado. A su vez, cuando se representa a Kronos mutilando a su padre, el sentido de esta mutilación es muy simple. Se ha creado
el Tiempo Absoluto para que se convierta en finito; se roba una porción del total y entonces se demuestra que Kronos, el padre de los Dioses, se ha convertido de la Duración Eterna en un período de tiempo limitado. Esta misma interpretación se le puede dar a la decapitación de Isis; el resultado, en este caso, fue su transición de diosa suprema creadora a un plano terrestre inferior.
Ella protege, cuida y alimenta todo lo que crea. Empleaba su vida en utilizar sus poderes sabiamente y con éxito, no sólo creando cosas nuevas sino también restaurando las muertas.
Además de todo esto, era el tipo más elevado de esposa y madre fiel y amorosa. Por esto es por lo que más la honraban y adoraban los egipcios. Según una leyenda, ahora familiar, Osiris, su esposo, fue asesinado por su astuto hermano Typhon o Set (símbolo del aspecto destructor de la Naturaleza) y su cuerpo introducido en una caja y arrojado al Nilo, llegó al mar. Isis, después de una larga búsqueda, lo encontró y lo escondió en lo que ella consideraba un lugar seguro. Sin embargo, Typhon lo encontró y, maliciosamente, cortó el cadáver en trozos. Los incidentes de su búsqueda del cuerpo mutilado y de la concepción y nacimiento de su hijo Horus impresionaban fuertemente la imaginación de los egipcios. Especialmente cuando la leyenda narra que acudió en busca de ayuda a Thoth, el Dios de la Sabiduría y de la Magia. Y él, con su consumada habilidad en las Artes Teúrgicas, le comunicó los procesos y poderosas palabras que le devolvieron temporalmente la vida a Osiris y le permitieron engendrar en ella al dios-niño Horus.
Además de lo anterior, existe una oscura leyenda relacionada con la ayuda que Isis, paradójicamente, le prestó a Typhon en la batalla que libró contra Horus. Éste, iracundo por la aparente traición de su madre, la mató y decapitó. Sin embargo, inmediatamente después, Thoth transformó su cabeza en la de una vaca y la unió al cuerpo de su madre. De esta manera, la leyenda nos indica la relación entre Isis, la Madre, y la diosa vaca, Hathor; muchos de los atributos de esta última coinciden significativamente con los de Isis. El Árbol de la Vida, que bosqueja en forma de diagrama el proceso de evolución, debería añadir algo para ayudar en la comprensión de la idea que yace bajo esta leyenda, lo mismo que la leyenda griega sobre Kronos, que también es un atributo de Binah. En
esa leyenda se describe cómo Kronos le arrebató a su padre, Urano, el gobierno del mundo y que a él, a su vez, se lo arrebató Zeus, su propio hijo. Blavatsky nos proporciona una explicación muy sugerente de esta parábola en su obra La Doctrina Secreta. Más o menos, implica que Kronos representa la
Duración sin fin, sin principio ni fin, más allá del Tiempo y el Espacio divididos. Estos Dioses que nacieron para actuar en el espacio y en el tiempo, es decir, para abrirse camino en el círculo del reino espiritual y llegar al plano terrestre, se dice alegóricamente que se rebelaron contra Kronos y combatieron contra el entonces único Dios y el más elevado. A su vez, cuando se representa a Kronos mutilando a su padre, el sentido de esta mutilación es muy simple. Se ha creado
el Tiempo Absoluto para que se convierta en finito; se roba una porción del total y entonces se demuestra que Kronos, el padre de los Dioses, se ha convertido de la Duración Eterna en un período de tiempo limitado. Esta misma interpretación se le puede dar a la decapitación de Isis; el resultado, en este caso, fue su transición de diosa suprema creadora a un plano terrestre inferior.
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